The first verse of the Gospel for the 12th Sunday is Mark 4:35: “On that day, as evening drew on, Jesus said to his disciples: ‘Let us cross to the other side.’ Leaving the crowd, they took Jesus with them in the boat just as he was.”
I’ve been “in the boat” with my Christian family since my baptism in on October 5, 1958 at St. Peter Church in Clarks, Nebraska. My experience of getting “in the boat” with you at Kearney and “Fishing with St. James” for the last fifteen years leads me to a quote from St. Augustine’s Homily on the Incarnation: “Look at God who has made his Son a child of earth to make us children of earth the children of God. Ask if this were merited, ask for its reason, for its justification, and see whether you will find any other answer but sheer grace!”
If asked what it is like to celebrate my 40th anniversary of ordained ministry with you, I have no other answer than it is “sheer grace!” This grace helps us when the storms come upon us and the waves break over the boat (Mark 4:37-38), and like the disciples we feel as if “we are perishing.” When we are beset with fears, failures, disagreements, and divisions we too will hear the Teacher say to us, “Quiet! Be still!”
I have been blessed to share the grace of the Paschal Mystery of Jesus’ Life, Death and Resurrection with you. We live, die and rise together in the Sacraments, most especially the Eucharistic miracle we share every weekend, and in all the other encounters we have as we strive to serve as good stewards of the life God has given us as a to gift to share!
During my childhood years, every night my dad would say to the six of us: “Get your rosaries, go to the living room, kneel down we’re saying the rosary!” This was one of the many ways my mom and dad taught us that the mysteries of life are Joyful, Sorrowful and Glorious. In the pontificate of Pope St. John Paul II we were blessed with addition of the Luminous Mysteries. I can truly say all my 65 years of life, 40 years of priesthood, and the 15 years of foot washing ministry with St. James Parish have been joyful, sorrowful, glorious, and luminous mysteries. I look forward to continue getting into the boat with you as we “cross to the other side.” In the storms and in the quiet, I know there is an abundance of grace to come.
I am Joseph your brother
Fr. Joseph Hannappel
Pescando con St. James
El primer versículo del Evangelio del duodécimo domingo es Marcos 4:35: “Al atardecer de aquel mismo día, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Crucemos a la otra orilla del lago.’ Despidieron a la gente y lo llevaron en la barca en que estaba”.
He estado “en el barco” con mi familia cristiana desde mi bautismo el 5 de octubre de 1958 en la Iglesia de San Pedro en Clarks, Nebraska. Mi experiencia de estar “en el barco” con ustedes en Kearney y “Pescando con Santiago” durante los últimos quince años me lleva a una frase de la Homilía de San Agustín sobre la Encarnación: “Mira a Dios que ha hecho de su Hijo un hijo de la tierra para hacernos hijos de la tierra hijos de Dios. ¡Pregunta si esto fue merecido, pregunta por su razón, por su justificación y veras si encontraras alguna otra respuesta que no sea la pura gracia!
Si me preguntan cómo es celebrar mi 40 aniversario de ministerio ordenado con ustedes, no tengo otra respuesta que “¡pura gracia!” Esta gracia nos ayuda cuando las tormentas nos sobrevienen y las olas rompen sobre la barca (Marcos 4:37-38), y como los discípulos sentimos que “estamos pereciendo”. Cuando estemos acosados por miedos, fracasos, desacuerdos y divisiones, también escucharemos al Maestro decirnos: “¡Silencio! ¡Estate quieto!"
He tenido la bendición de compartir con ustedes la gracia del Misterio Pascual de la Vida, Muerte y Resurrección de Jesús. Vivimos, morimos y resucitamos juntos en los Sacramentos, muy especialmente en el milagro eucarístico que compartimos cada fin de semana, ¡y en todos los demás encuentros que tenemos mientras nos esforzamos por servir como buenos administradores de la vida que Dios nos ha dado como regalo para compartir!
Durante mis años de niñez todas las noches mi papá nos decía a los seis: “Tomen sus rosarios, vayan a la sala, arrodíllense que estamos rezando el rosario!” Esta fue una de las muchas maneras en que mi papá y mi mamá nos enseñaron que los misterios de la vida son Gozosos, Dolorosos y Gloriosos. Posteriormente, en el pontificado del Papa San Juan Pablo II fuimos bendecidos con la adición de los misterios Luminosos. Realmente puedo decir que mis 65 años de vida, 40 años de sacerdocio y 15 años de ministerio de lavamiento de pies con St. James han sido un misterio gozoso, doloroso, glorioso y luminoso. Espero seguir subiendo al barco con usted mientras “cruzamos al otro lado”. En las tormentas y en la tranquilidad, sé que habrá abundancia de gracia por venir.
Yo soy, Jose tu Hermano
Pd. Jose Hannappel